Antropología Medieval
La filosofía dada en Europa y el Oriente Medio
durante el período conocido como Edad Media, periodo que se extiende desde la
caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V d. C. hasta el
descubrimiento de América en el año 1492 d.C.
A diferencia de lo que había ocurrido con la
filosofía griega, que había centrado su reflexión en torno a la determinación
del objeto, la filosofía medieval centrará su interés en Dios. La filosofía
helenística había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo hacia la
felicidad del hombre. Frente a la
inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos de los primeros
padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofía,
especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un
instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o sistemas
filosóficos, sino también para comprender, o intentar comprender, los misterios
revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y cristianismo o, más en
general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura
filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos.
La fe, que suministra las creencias a las que no se
puede renunciar, tratará de entrar en diálogo con la razón. La inicial sumisión
de la razón exigida por la fe, dejará paso a una mayor autonomía propugnada,
entre otros, por Santo Tomás de Aquino, que conducirá, tras la crisis de la
Escolástica, a la reclamación de la independencia de la razón con la que se
iniciará la filosofía moderna.
San Agustín de Hipona:
San Agustín
Considera que Dios creó el mundo de la nada. Esta es una idea bíblica. Los
griegos tendían a pensar que el mundo existió siempre. Pero él opinaba que
antes de que Dios creara el mundo, las ideas existían en los pensamientos de
Dios. Incorpora de esta manera las ideas platónicas en Dios, salvando así al
pensamiento platónico de las ideas eternas.
San Anselmo de Canterbury:
San Anselmo
había presentado ya algunos argumentos sobre la demostración de la existencia
de Dios, acompañando a otras reflexiones de carácter marcadamente teológico. La
demostración que nos ofrece en el "Proslogion" fue motivada, según
sus propias palabras, por la petición de sus compañeros benedictinos de reunir
en un solo argumento la fuerza probatoria que los argumentos presentados en el
"Monologion" ofrecían en conjunto. Con esta prueba, conocida como
"argumento ontológico", San Anselmo pretende no sólo satisfacer dicha
petición sino también dotar al creyente de una razón sólida que el confirme
indudablemente en su fe.
Santo Tomás de Aquino:
Asume la
teoría hilemórfica de Aristóteles. El hombre está formado por materia y por
forma (alma, esencia), y su relación es substancial, es decir: ambas son
necesarias para constituir la substancia humana. Sin embargo, estos dos
componentes esenciales del ser vivo no son absolutamente separables, como
posteriormente afanaría Descartes.
Guillermo de Ockham:
Ockham se
caracteriza por ser un crítico demoledor de todos los sistemas filosóficos
precedentes: el aristotelismo, el agustinismo y el tomismo. Este criticismo fue
la actitud característica del s. XIV; su florecimiento se vio favorecido por
las circunstancias sociopolíticas, pero conviene tener en cuenta otras razones
filosóficas.
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