lunes, 1 de septiembre de 2014

Antropología Medieval

La filosofía dada en Europa y el Oriente Medio durante el período conocido como Edad Media, periodo que se extiende desde la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V d. C. hasta el descubrimiento de América en el año 1492 d.C.
A diferencia de lo que había ocurrido con la filosofía griega, que había centrado su reflexión en torno a la determinación del objeto, la filosofía medieval centrará su interés en Dios. La filosofía helenística había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo hacia la felicidad del hombre.  Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofía, especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o intentar comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos.

La fe, que suministra las creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en diálogo con la razón. La inicial sumisión de la razón exigida por la fe, dejará paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de Aquino, que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la independencia de la razón con la que se iniciará la filosofía moderna.

San Agustín de Hipona:
San Agustín Considera que Dios creó el mundo de la nada. Esta es una idea bíblica. Los griegos tendían a pensar que el mundo existió siempre. Pero él opinaba que antes de que Dios creara el mundo, las ideas existían en los pensamientos de Dios. Incorpora de esta manera las ideas platónicas en Dios, salvando así al pensamiento platónico de las ideas eternas.

 San Anselmo de Canterbury:
San Anselmo había presentado ya algunos argumentos sobre la demostración de la existencia de Dios, acompañando a otras reflexiones de carácter marcadamente teológico. La demostración que nos ofrece en el "Proslogion" fue motivada, según sus propias palabras, por la petición de sus compañeros benedictinos de reunir en un solo argumento la fuerza probatoria que los argumentos presentados en el "Monologion" ofrecían en conjunto. Con esta prueba, conocida como "argumento ontológico", San Anselmo pretende no sólo satisfacer dicha petición sino también dotar al creyente de una razón sólida que el confirme indudablemente en su fe.

Santo Tomás de Aquino:
Asume la teoría hilemórfica de Aristóteles. El hombre está formado por materia y por forma (alma, esencia), y su relación es substancial, es decir: ambas son necesarias para constituir la substancia humana. Sin embargo, estos dos componentes esenciales del ser vivo no son absolutamente separables, como posteriormente afanaría Descartes.

Guillermo de Ockham:
Ockham se caracteriza por ser un crítico demoledor de todos los sistemas filosóficos precedentes: el aristotelismo, el agustinismo y el tomismo. Este criticismo fue la actitud característica del s. XIV; su florecimiento se vio favorecido por las circunstancias sociopolíticas, pero conviene tener en cuenta otras razones filosóficas.

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